miércoles, 2 de abril de 2014

Uno nunca puede perder de la manera en la que quiere.

Jugábamos a ponerles formas de nubes a las personas y a mí me parecía mucho más divertido que tumbarnos en el césped y mirar el cielo, como locos, intentando encontrar algo que no tenemos.
Lo malo de buscar lo que no tengo es que cuando ceso mi búsqueda, se deja encontrar. Y lo vuelvo a buscar y a perder y a dejar y a aparecer y menudo puto bucle en el que me he metido sin tenerte ni poderte.
No sé si tenías el mundo en las manos o era el mundo el que te tenía a ti, pero me jodía lo mismo porque siempre miraba a mis manos y nunca te veía. A lo de comerme el mundo no me ganaba nadie cuando abría la boca para besarte y recorrerte carreteras con la lengua.
Lo de viajar sin moverme del sitio es algo que aprendí desde que me cogiste de la mano y salimos corriendo a imaginarnos que estábamos tan lejos que nadie nos conocía; que éramos extranjeros en la vida de los demás menos en las nuestras. Y cerrabas los ojos, los abrías y ya había viajado de nuevo.
Una vez te pedí que nunca dejases de cerrar los ojos con esa magia que solo te caracterizaba a ti y fue más bonito que haberte dicho diez te quiero de carrerilla.
De todas las metas que nos pusimos la única que cumplimos fue la de seguir buscándonos aunque nos perdiésemos. Y créeme que ahora creo que lo que mejor pudimos hacer fue habernos perdido el uno con el otro, pero claro, uno nunca puede perder de la manera en la que quiere.

lunes, 22 de julio de 2013

Pienso.

Supongo que llevo días jugando con la improbabilidad de hallar esperanza en algo que está más muerto que yo. Supongo que no puedo decir que haya estado viviendo, ni tan siquiera respirando... pero quién me va a creer. Si voy fingiendo dos curvas hacia arriba cada vez que alguien me habla y me invita a hacer cosas. ¡Cosas! Como si no tuviera suficientes cosas en la cabeza que hacer. Como si no estuviera ocupado inventándome una vida que no existe.
A veces siento que no existe porque no existe nada en lo que creo, ni las personas, ni los sentimientos, ni las verdades, ni las mentiras, ni las sonrisas, ni las lágrimas.Nada.A eso se reduce la vida, imagino.E imagino porque no tengo nada que vivir, sólo sueño, día tras día, a cada hora, a cada minuto, segundo, milésima de segundo... sin parar, con más prisa que pausa. Por eso el no querer salir a buscar la verdad, porque para qué, si todas las tiendas van a estar cerradas de tanta mentira suelta que ronda al amor. Hace tanto que no me hago el amor que se me ha olvidado cómo se sonríe, que si despacio o que si deprisa, que si con los ojos abiertos o cerrados, que si con las manos o con los ojos, que si a ti o a mí y que ni lo sé ni me importa. Porque ya nada importa desde que el vacío asola tus ojos y ni siquiera me dejas mirar dentro de él, que no me atrevo a saltar por miedo a no despertar jamás, por miedo a que sea un olvido, a ser el tuyo. Que me da igual si el mundo me olvida, pero que tú.No.Y por eso muero, o no vivo, que viene a ser lo mismo.

martes, 18 de junio de 2013

Tengo miedo.

Tengo miedo de mí.
Soy el nudo que tengo en la garganta desde que te conozco, y que no deja de jugar con mis palabras para que no salgan.
Te quiero. Decir tantas cosas que se me llena de polvo todo lo que nunca te he dicho y quisiera gritar.
He aprendido a gritar. Con los ojos. Y me parece una de las cosas más bonitas que se pueden hacer con ellos. Y mirarte. Porque mirarte es verme a mí. Es vernos. Es quedarme ciego de sentimientos y aun así seguir viéndote. No es magia, somos nosotros.
Tengo miedo de ti.
Eres las ganas de una noche de verano sin fin. Eres mi revolución de pensamientos por minuto. Eres mi primavera en un día de invierno. Soy invierno si no te tengo.
Me quieres. Sin saber pronunciarlo en voz alta pero cantándomelo en silencios. Y nunca los silencios me hablaron tanto como cuando los comparto contigo y me hablan de nosotros dos.
Tengo miedo de nosotros.
Somos la vida encerrada en dos corazones pequeños. Y tan frágiles que temo romperme y que te rompas tú conmigo. Que nos rompamos los dos. Que no sepamos levantarnos. Que la caída no nos deje salir nunca.

jueves, 16 de mayo de 2013

Tu ganas.

Porque ... mientras que sé que tenía razón, tu piensas que estoy equivocado. No me importa ... porque ... Estoy en esto. Estoy en esto por un buen rato. Y estoy en esto para terminar la carrera. Por lo tanto, si eso significa que no he de ganar ésta vez, entonces esta bien. No gano. Tu ganas. ¿Lo ves? Estoy hablando, ves? Estoy hablando primero. Tu ganas.

Sensaciones

Todos los impulsos que nos esforzamos por estrangular se multiplican en la mente y nos envenenan. Que el cuerpo peque una vez, y se habrá librado de su pecado, porque la acción es un modo de purificación. Después no queda nada, excepto el recuerdo de un placer o la voluptuosidad de un remordimiento. La única manera de librarse de la tentación es ceder ante ella. Si se resiste, el alma enferma, anhelando lo que ella misma se ha prohibido, deseando lo que sus leyes monstruosas han hecho monstruoso e ilegal. 

Realidad.

A veces tenemos que ver por nosotros mismos. Tenemos que cometer nuestros propios errores. Tenemos que aprender nuestras propias lecciones. Tenemos que barrer la posibilidad hoy antes que el mañana nos ponga bajo la alfombra hasta que no podemos más. Hasta que finalmente entendendamos por nosotros mismos. Que saber es mejor que preguntar, que despertar es mejor que dormir, e incluso el mayor fracaso, incluso el peor de los casos, le gana al infierno de nunca intentarlo.

martes, 7 de mayo de 2013

Emociones.


Me siento feliz por un instante. Intento recordar los momentos en los que sonreia sin ningún tipo de motivo. Pero me doy cuenta, de que no hay razón por la que estar triste. Vida solo hay una, y no podemos desperdiciarla.
Sonrie si quieres, no por sonreir. Haz lo que te de la puta gana, y vive a tu manera y con tu propia imperfección.